¿Qué es la Escala Fiditz?
- andresgarciacrimin
- 7 oct 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 8 oct 2020
Viven entre nosotros y no siempre son violentos. Mienten, manipulan y no tienen ningún sentimiento de culpa. Hacen la vida imposible a quienes les rodean, pero suele ser difícil ‘cazarles’. Son los psicópatas integrados. A veces llegan a ser encantadores, aunque sólo es una fachada. En las relaciones de pareja, a menudo, se presentan como príncipes azules y prometen la luna. Hasta que emerge el maltratador –físico o psicológico- y el cuento termina en tragedia.
Las uniones sentimentales son uno de los nichos en los que estas personas despliegan su personalidad. Lo primero que hace falta es dejar claro qué es y qué no es un psicópata. El término 'psicópata' tiene ya más de dos siglos de vida, pero su significado sigue suscitando una gran confusión. Prueba de ello es que aún hay sentencias que exoneran de culpa a estas personas o reducen su pena por la supuesta enfermedad mental que padecen. Sin embargo, los estudiosos tienen claro que no estamos ante una patología psiquiátrica, sino una forma de ser. Soy de la opinión de que los psicópatas son plenamente imputables porque tienen sus capacidades intelectiva y volitiva intactas. Es decir, saben lo que hacen y quieren hacerlo.
Cuando pensamos en esta clase de individuos, generalmente no miramos a nuestro alrededor. Lo primero que evocamos es la imagen de un asesino en serie. En los últimos años hemos tenido múltiples muestras, como el caso del ruso Alexander Pichushkin, detenido en 2006 tras asesinar a 49 personas desde 1992 hasta poco antes de su captura. Conocido como 'el asesino del ajedrez', pretendía que sus víctimas igualaran el número de casillas de un tablero de dicho juego, es decir, 64.
Pichushkin, que no mostró arrepentimiento alguno en su juicio, puede ser calificado como psicópata sin lugar a dudas. De hecho, casi todos los asesinos en serie responden a este perfil. Pero igual de cierto es que la mayoría de los psicópatas no llegan a ingresar en prisión y, seguramente, ni siquiera cometen delitos a lo largo de su vida. Y no es porque sean mejores personas; simplemente, no entraba en sus planes. Es el Nato 0, que solo actúa si entra en sus planes.
La cuestión es que estos sujetos son muy abundantes. No hay estudios al respecto, pero algunos expertos estiman que la psicopatía puede afectar al 1% de la población, lo que supondría unas 900.000 personas en España.
Entre quienes se dedican a indagar sobre los psicópatas existe la conciencia de que la sociedad actual potencia dicho modo de sentir y actuar. Por ello, vaticinan una epidemia de sociópatas, que es tal vez la denominación más afortunada. Al fin y al cabo, si se le pudiese llamar enfermedad, sería una patología social. Los psicópatas no nacen, sino que se hacen. Pero en el caso del Nato O todo se complica ya que, se podría asegurar que el Nato O nace, no se hace. Hasta ahora no se ha encontrado ninguna base biológica o genética que les caracterice de forma inequívoca.
Es algo muy triste. Y lo peor es que empiezan a darse casos en chavales de muy corta edad, algunos de los cuales cometen delitos gravísimos, como asesinatos y agresiones sexuales. Puesto que no se trata de una enfermedad, no mejora con fármacos. Por otro lado, los intentos de rehabilitación han resultado infructuosos. La única forma de atajar el problema es la prevención. Algo muy difícil en una sociedad en la que predomina el "superegocentrismo" y el afán de "tenerlo todo al precio que sea".
En cuanto a las víctimas de estos sujetos, recomienda mucho sentido común. Si se te presenta alguien que te ofrece una vida de película, desconfía. Una persona con la vida bien configurada y un carácter poco dependiente estará más protegida, pero no debemos subestimar las capacidades de estos sujetos.

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