¿El Nato 0 como fruto de una patología psiquiátrica?

Hace ya casi un año que me mudé a Nueva York para impartir clases de la asignatura "personalidad criminal" en la John Jay College. Son muchos los alumnos que me preguntan si los Nato 0 son realmente culpables o si no se trata más que meros espectadores incapaces de erradicar el mal que se esconde en su locura interior. Es en ese momento en el que yo pregunto: "Si una persona os pide compartir una manzana y vosotros se la negáis porque tenéis hambre, ¿sois unos egoístas o simples víctimas a las que el hambre no les ha dejado pensar con claridad?".

Tal y como he comentado en otras ocasiones, aún hay sentencias que exoneran de culpa a estos perfiles o reducen su pena por padecer supuestamente una enfermedad mental. Sin embargo, conozco a muchos estudiosos que tienen claro que no estamos ante una patología psiquiátrica, sino una forma de ser. En mi opinión, los psicópatas son plenamente imputables porque tienen sus capacidades intelectivas y volitivas intactas. En otras palabras, saben lo que hacen y quieren hacerlo.

Recientemente hemos visto un caso en el que se volvía a buscar en la locura la justificación a un asesinato. Hablo del Crimen de Patraix, uno de los más mediáticos y comentados del último año. Tras conocer la historia que se escondía tras el asesinato del marido de María Jesús, Maje, se oía alguna voz que aseguraba que Maje "no era consciente de lo que realmente había hecho". Sin embargo, tras haber llevado a cabo las investigaciones pertinentes, los forenses confirmaron que tanto Maje como Salvador, amante y cómplice del asesinato, tenían capacidades psíquicas plenas.

Este caso entre otros reafirman la tan conocida frase de que, efectivamente, "no todo es lo que parece". A veces, lo que se esconde tras una simple y recurrente fachada, no es más que el mal jugando a llamarse locura.